¡Que no, que no quiero gastarme ni un euro en comunicación!

Puede resultar curioso encontrar en la página de (la mejor) una agencia de comunicación un artículo con un título así. Pero la realidad es que esa es la respuesta de muchas de empresas cuando les explicas las ventajas de dedicar parte de sus esfuerzos a contar lo que hacen.

Y a veces tienen razón, ¿por qué no?

En realidad, en lugar de plantearse si merece la pena apartar unos euros para llegar a su entorno a través de la prensa, de las redes sociales o incluso de sus propios medios de difusión (a veces es tan sencillo todo como tener un blog propio y compartirlo con la base de datos de clientes que han aceptado recibir comunicaciones nuestras), deberían preguntarse ¿es realmente necesario que explique por qué mi producto es mejor que el de mi competencia? ¿De verdad tengo que llegar a clientes fuera de mi entorno físico para poder mantener o hacer crecer mi negocio? ¿Estoy preparado para demostrar a mis proveedores que soy el mejor canal de venta? Y si ellos dejan de confiar en mí, ¿lo harán otros para que pueda seguir vendiendo? O peor aún, si tengo alguna incidencia con algún cliente, ¿seré capaz de convencer al resto de que estoy trabajando por y para ellos?

Simples preguntas que se responden igual de fácilmente cuando cuentas con las herramientas de la comunicación y de las Relaciones Públicas. La comunicación te ayuda a diferenciarte de la competencia, a que tu negocio crezca buscando nuevos clientes, a que los proveedores quieran trabajar contigo o incluso a demostrar con hechos lo que otros solo demuestran con palabras.

Pero es cierto: no todo el mundo necesita comunicar lo que hace. Si tu producto o servicio no aporta nada que no hagan los demás, si no quieres crecer, si no te importa lo que las malas lenguas digan de ti, si te da igual que un empleado se vaya y difunda los entresijos de tu organización… ¿para qué vas a gastarte un solo euro en comunicación?